tus terapias de diluyen después de un par de sesiones.

Terapeuta, seguro te pasa.

casos que se diluyen
consultantes que se van
y la sensación de no saber si lo estás haciendo bien.

No son tus flores.
Es la forma en que estás sosteniendo el proceso.

Voy a ser objetiva: el problema no es que tus pacientes no se comprometan o que “las flores no estén funcionando”. El origen del problema está en que no hay una estructura clínica que sostenga el proceso.

Cuando pasa esto:

  1. Las sesiones se vuelven repetitivas y superficiales.

  2. El consultante se estanca o abandona.

  3. Tú terminas frustrada, dudando de tu rol y de tu capacidad.

Se trata de aprender a mirar terapéuticamente. No puedes sostener cada proceso solo desde la intuición o la conversación, debes entrenar una mirada clínica que sea un aporte real. En donde la persona note y registre avance, en donde comprenda que se trata de un proceso.

No sigas caminando a ciegas. No sigas dejando tu práctica al azar. Las terapias que se apagan no son mala suerte, son falta de estructura. Y tu puedes dársela, incluso solo con lo que sabes hoy.

¿Te has puedo a pensar que tienes quizás ya tienes un método propio?

Todo esto lo trabajamos en la Maestría, el programa que combina conocimiento floral profundo, psicología clínica para terapeutas y orientaciones para la práctica.

Si estás lista para convertirte en una terapeuta sólida, confiada y con base, aplica a la MAESTRÍA para dar el siguiente paso.

Y ese paso cambia todo.

Con Amor, Jeni.

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“Me dejaron plantada en la sesión”